2 de abril de 2011

Mi furioso empeño utópico por toparme con un desafío sobrehumano

Del por qué hoy escribo, solo hoy.

lo que me impulsa no tiene sentido

un grito sin sentido, un grito al absurdo

no hay explicación y no hay derecho a exigir nada

no preguntes por qué grito y por qué no lo hice cuando debí.

Suficientes dudas con las mías, las que me arrebatan el sentido común, me arrebatan el silencio, el sueño, la pesadez, los días.

Todo lo que alegre perdía en el camino se refugiaba, sin saber, un paso más atrás de nuestros pies, de los tuyos se escondían siempre y al virar no veías nada.

Era un salto al vacío.

Eran mis pasos lentos.

Eran los esquemas rotos los que me sorprendían y tal vez la razón de todo, la razón por la que escribo hoy. Los lazos estrechos, los aromas densos, la costumbre ilusoria, la risa indescrifrable que ocultaba días que no hubo, que demandaba más, que faltó tiempo porque nunca superamos el silencio del preludio.

Y mientras tanto yo y mi furioso empeño utópico por toparme con un desafío sobrehumano.