11 de julio de 2011

del afán y borradores tontos

escribo hoy porque he de bloquear mis sentidos, porque mis sensaciones, muy a flor de piel, me perturban y me hacen pensar demás aquello que debería mirar apenas de soslayo.

escribo hoy porque me prometí, que tras una serie de hechos, que no solo se han avecinado ya, sino que están ya por irse sin haberles seguido yo el rastro, tendría que escribir de alguna manera; confrontar así la realidad para, muy a pesar de eso, perpetuar el recuerdo, el viejo recuerdo que mañana podría ser grato (porque la esperanza siempre parece valerse de mentiras e hipótesis que escapan de nuestras manos) y cuya versión escrita me hubiera hecho falta. me hubiera lamentado su ausencia, como es de suponer, siempre es la misma historia.

así que, bajo el riesgo y peligro que supone el transcribir mi perspectiva emocional de la realidad (entiéndase que al escribir algo le otorgo más importancia de la que la misma realidad le cede en espacio. todo eso lleva a que mis sentidos se bloqueen, pero solo luego de haberme deshecho y desprendido de tanta escena felizmente fatídica a media noche, y eso último solo después de recordar los eventos que me obligan a repensarlos y repensarlos y repensarlos, al margen de mi voluntad y de mi poco afán de tortura), he de escribir.

Y sobre todo, el escribir ahora obedece meramente a un capricho mío, porque fácilmente podría haberlo hecho antes (con toda la premura que implicaba, con menos certezas y más pereza) o fácilmente después (con más tergiversación y carga subjetiva de por medio). así que digamos que es un capricho racional, a pesar de todo.

Hay mucho por escribir ahora y tan poco es lo que puede ser leído al instante, porque si se lee ya, se lee ya y no hay más, no hay reparo en el proceso de escritura y ahí es donde puede residir la magia, la cursilería y la bobería, que tantísimo pueden hacer por uno, aunque lo neguemos. Solo un poco y ya está. Esto sin mencionar el alto grado de probabilidad de que dichos escritos, de existir ahora, puedan delatar afectos/efectos/hechos culposos que no deberían ni pensarse...justo ahora que no se piensan. A razón de eso, tanta tinta tonta en la sección 'borrador' de este blog y en algunas hojas sueltas que se me pierden, no menos que las ideas que no transcribo a tiempo.

6 de junio de 2011

Siempre lo mismo

Los impulsos que tengo que esconder, de esos que pueden ser determinantes y atrevidos, incrédulos ante el destino. Y que yo los tenga que guardar, mientras la vida pasa. Porque la vida pasa y yo tengo que mirar. Y si no intervengo, la vida pasa igual. Cuán igual quiero que sea mañana. Me quiero apoderar del riesgo que presiento es solución. La pena de que solo sea solución para mí, porque hay quienes emiten juicios a quien intenta correr más rápido que la vida, porque no es costumbre, porque la quietud solo crea casualidad, en la que yo no creo. Y por eso tengo que correr. Tu sosiego no me basta, no le hace justicia a mis ganas de ganar, de correr y de vivir.

5 de junio de 2011

mi encrucijada

De la emoción que surge en la mentira te envuelvo en pantallas cotidianas, con una ventana al frente y mi pared bicolor detrás.
No me permiten la ilusión, que es mi peor vicio, que me da protagonistas y nuevos argumentos para desvariar en silencio y en sonrisas.
Siempre sucumbo y no hay por qué hallar causas, suelo actuar sin ellas, hablar sin ellas.
Siempre me las invento, siempre lleno los espacios con argumentos.
Quiero creer que existen, que me orientan y que me exhortan a desviar esta verdad que, finalmente, tampoco lo es tanto.
No me pidan explicaciones si no quieren listar mis falsos vuelos.

28 de mayo de 2011

encuentra el error

Gozo de una memoria selectiva, un olvido que no controlo, tan intermitente que me traiciona al menor movimiento.
Pero déjenme así, víctima de mis propias verdades a medias, algún día lo lamentaré y no aprenderé.

26 de mayo de 2011

Hola de nuevo.

Los días transcurren igual
verde a veces, sonríen a veces
los olvido luego.
Y no sé si a la undécima visita de la angustia a mis fibras podré recobrar por fin mi matiz lejano, ajeno a la realidad, porque rara vez es ésta la que me libera.
Yo prefiero el alto vuelo, la impostura y el dolor; todo lo que creo para mí.
Mis historias ficticias, el cortar hilos conductores, poder crear y creer lo que creo.
Que la realidad me limita y me sienta a pensar en un sofá, me obliga a pensar en demonios reales y cotidianos.

Y dosis diarias de realidad, para mí, son terriblemente insoportables, me entumecen y entorpecen el sentir desordenado y expectante, calma inquietudes que con mucho esfuerzo azuzo y no, no me resisto, tengo que volver.
Los días transcurren igual, sobre ellos yace mi intento de acoplarme a la vida real y con sentido.
Y aunque a veces ella sea verde o intente sonreír, me cuesta acostumbrarme a que detrás de eso siempre hay una razón.
De todas maneras, esos días, los días, todos los días , los olvido luego.

2 de abril de 2011

Mi furioso empeño utópico por toparme con un desafío sobrehumano

Del por qué hoy escribo, solo hoy.

lo que me impulsa no tiene sentido

un grito sin sentido, un grito al absurdo

no hay explicación y no hay derecho a exigir nada

no preguntes por qué grito y por qué no lo hice cuando debí.

Suficientes dudas con las mías, las que me arrebatan el sentido común, me arrebatan el silencio, el sueño, la pesadez, los días.

Todo lo que alegre perdía en el camino se refugiaba, sin saber, un paso más atrás de nuestros pies, de los tuyos se escondían siempre y al virar no veías nada.

Era un salto al vacío.

Eran mis pasos lentos.

Eran los esquemas rotos los que me sorprendían y tal vez la razón de todo, la razón por la que escribo hoy. Los lazos estrechos, los aromas densos, la costumbre ilusoria, la risa indescrifrable que ocultaba días que no hubo, que demandaba más, que faltó tiempo porque nunca superamos el silencio del preludio.

Y mientras tanto yo y mi furioso empeño utópico por toparme con un desafío sobrehumano.

6 de febrero de 2011

Reniego

La tierra que parece árida, si la parcelan, se torna expectante, la vida le hace ilusión.

Son los temas más confusos, de los más relativos
De los que niegas hasta que algún día te rocen y te paralicen
Te generan un brinco que pareciera fuera de lugar
Los niegas, y cuando los encaras, tiemblas, vacilas, piensas.
¿Cuándo pensaste que dudas de este tipo te harían pensar?
Cuánto le gusta esperar el brote desde lo más inesperado y reniega de lo que ahora se rehúsa a ver y más tarde se convertirá en infortunio
Y lo considerará así para sus adentros.
Pero a mí los sueños me delatan.
Y siempre soy la última en enterarme de lo que me pasa.
Dicen que la vida me hace ilusión.

1 de febrero de 2011

Balde de agua

Hoy o ayer, con la tierna calidez en las orejas, los ojos rasgados, el ceño fruncido parcialmente, los lentes a punto de desplomarse, los dedos tiezos, el cuerpo firme y casi congelado, la cabeza sobre el hombro y la mirada volcada sobre mi propia mente, me encuentro frente a lo que de lejos mis sospechas me encaminaban; que de la intuición no me desprenda, porque cuando caigo en la cuenta no ha sabido mi reacción rendir cuentas a lo fabricado, a lo enmascarado. Ni la más peligrosa distracción me ha llenado de sutiles fragmentos de olvido. Pero olvido de qué, ¿puedo acaso olvidar lo simplemente añorado?

Nones

De vez en cuando soy metal, el frío corroe mis superficie y repelo toques con miradas dilatadas
Si soy humo es por la verguenza y no por la premura de mis pasos
Frágil como el papel si empiezan a acribillar mi mente absorta
Una masa con temor a los moldes que sin duda busca
Siempre agua cuando me excedo y doy media vuelta, cuando me dejo rebosar, cuando me veo en los demás y cuando no me hallo. Cuando fluyo en palabras, cuando me exalto y cuando el tiempo no termina de depurar mis oleadas.

7 de enero de 2011

"Mary and Max" (Adam Elliot)

«But love was not like Max's
Rubik's Cube. It could not be solved.

No matter how he analysed it,
the results were negative.

He felt love but couldn't articulate it.

Its logic was as foreign to him as...
as a salad sandwich.

The stars made more sense».



5 de enero de 2011

Luz ámbar

No espero cuidados. No albergo esperanzas, ni tiempo, ni ganas. Guardo solo noches escribiendo a no sé quién, a quiénes, a no sé qué. Tal vez sea al mañana. Sí...si es que existe. Tan insípido y hostil, que me hace contar paradojas y no ovejas, y me mece en uno, dos y hasta tres absurdos cuentos por día, y por la noche, ya ni qué decir, ya ni llevo la cuenta. Y con esto quiero anticipar que vengo con osos, dragones, nubes escalonadas y muchos desvaríos no dichos, de los cuales, francamente, no me quiero redimir.

# 76 (Porque es más fácil pensar en un número que en un título)

No censuro mi callar y no es esa la tortura
Lo es el no saber cuánto debe durar la cordura.

4 de enero de 2011

Capítulo 40: ¿Platónico? (el regreso, ¡no lo lean!)

Con esta entrada estreno la etiqueta: . Pese a que la publiqué en su momento, algún mes perdido del 2009, la retiré por razones que no recuerdo, además de que podría asociarse fácilmente con algunos eventos ocurridos en la realidad (nótese también la etiqueta "Ficción" al final del post). La idea de publicarlo con mucho tiempo de distancia a las etapas que transcurrían de manera paralela mientras yo escribía, me engatuzó más -y no, no lo he releído, aunque tal vez deba hacerlo-; y es eso lo que vengo aplicando ahora. Escribo algunas notas que, porque no quiero que sean leídas ya mismo, publicaré en un año o dos. De esa forma evito alguna que otra pregunta que hace enrojecer y me gano de vez en cuando alguna risa o sonrisa extemporánea. Y...eso era.

Simplemente no podía dar crédito a mis ojos. Tal vez siempre debí hacer caso a eso de los poderes mentales. Lo llamé con la mente..¿podía escucharme? entonces, mejor me mantenía callada dentro de mí, podía estropearlo todo. Era la séptima vez que me pasaba algo así..yo pensaba en alguien durante mucho rato y de un momento a otro tenía a esa persona frente a mí. Este caso era más que especial, queria verlo pero al mismo tiempo que lo veía tenía que dejar de observarlo debido a la sonrisa que me brotaba instantáneamente; era algo realmente raro, una obsesión o algo que se le parezca, no podía dejar de imaginármelo estando conmigo, siempre. Y ahora lo veía caminando a dos metros de mí, sin poder hablarle, sin poder ver sus nerviosos ojos clavarse en mí intermitentemente como era de costumbre. Empecé a seguirlo; tenía que mantener mi distancia porque supongo que él se acuerda de las caras y no quería que la próxima vez que me viera me reconociera por haberlo perseguido o algo así. Mis amigas dicen que soy muy noica..creo que sí, sobre todo con él..que era un placer para mis ojos, tenía que mantenerme paranoica pero disimuladamente para no levantar sospechas.

Esta vez, a diferencia de muchas otras anteriores, el término "platónico" lo sentía, irónicamente, muy lejos de poder caracterizar la situación, no tenía idea de por qué, sencillamente podía imaginármelo conmigo con total descaro y sin sentirme ni un poco culpable de mis pensamientos, sin recriminarme algo acerca de su real posibilidad de suceder o qué se yo. Me gusta soñar despierta lo más que pueda, no tengo reparo..y era él la víctima escogida. Lo seguí con la mirada mientras pude, él avanzaba rápido y desequilibrado, como siempre. Podría reconocer su caminar inquieto en cualquier lugar, era muy..él, eso me facilitó la persecución por entre los estantes y las personas que se atravesaban por mi camino dentro de ese supermercado. Para ser sábado, ese día me pareció mas caótico de lo normal, o de repente es que era justo ese día en especial en el que no deseaba ver tanta gente obstaculizándome la visión, así hayan sido solo unas diez personas. Bueno, él estaba solo y mientras yo lo escoltaba más atrás me preguntaba por qué, es más, por qué SIEMPRE lo veía solo, aunque las veces que lo había visto no necesariamente ameritaban de compañía..pero aun así..tenía cara de estar solo...y soltero (claro que mucho tiempo atrás yo ya me había fijado en la ausencia de anillos en sus dedos, solo por si acaso). Solo portaba su morral de siempre -a lo mejor cargado de discos- vistiendo de la misma manera despreocupada de siempre (colores nada llamativos), todo en él era común, excepto él mismo, por eso me era fácil quedarme contemplándolo, porque el contraste resultaba preciso y hasta necesario, podría decir, como para que te fijarás en lo más resaltante.


No sé cuánto tiempo estuve hipnotizada mirando su espalda avanzar y su mirada perdida buscando algún cereal y café..debió haber sido solo unos ocho minutos. Todo era surreal, yo estaba ahí, sola, y entré a ese local únicamente para comprar algo de comer en el camino de regreso a mi casa, pues había asistido a una reunión en la tarde. Eran diez para las nueve de la noche, estaba ligeramente lejos de mi casa, pero eso no fue motivo para apresurar mi retorno, no después de lo que vi y seguía viendo. Él ya se acercaba a la caja registradora para pagar su café, cereal y una caja de cigarros que acababa de tomar, mientras que yo dudaba si hacer lo mismo en una caja contigua o si sería extrañamente coincidente; decidí esperar a que él pagara lo suyo y luego yo pagaría lo mío en otra caja, cosa que él ya estaría saliendo de la tienda para cuando yo acabara de cancelar y luego retomaría mi seguimiento. Pagué y volteé la cabeza para que no se perdiera de mi vista, pero ya era demasiado tarde..su caminar acelerado me había jugado una mala pasada, sin embargo, de todas maneras me apuré en terminar y corrí hacia la salida, y fue ahí que lo vi subiendo a un auto negro y despegando de mi panorama hacia quién sabe dónde. No quité mi mirada de aquel auto por unos segundos cuando sentí la presencia de alguien cerca de mí y su mirada puesta en mi cara -la cual supongo lucía desesperada después de todo-.


- Oye tú eres alumna mía, ¿no? -me dijo sonriendo


No sé exactamente cómo reaccioné ante este hecho y además ante la confusión anterior de verlo irse en el auto negro. Debo haber puesto cara de desconcierto total, por lo que él respondió luego:


- ...Eh...o tal vez te estoy confundiendo con otra persona - lo dijo de la manera más dulce en que una persona de trienta años podría haberlo hecho jamás.

- No no, sí estoy en tu curso -dije, y me di cuenta de que..oops- en SU curso -me corregí.

El sonrió con esa expresión tímida y vacilante que me hacía volar y expresó:

- Puedes tutearme, no hay problema, si no me haces sentir más viejo, así que dime Adrien nomás

- Está bien, Adrien - dije de forma muy nerviosa conteniendo la emoción del momento, y señalándome le dije el nombre por el que me gustaba que me llamaran.

- Y..¿qué haces por acá? parecías un poco..preocupada hace un momento

- No no, estoy bien, pasaba a comprar algo para comer en el camino solo que me pareció ver a alguien conocido por acá afuera..pero creo que no era -moviendo mis manos para explicarme "mejor", es lo que hago cuando estoy nerviosa

- Ah bueno -dijo sin dejar de sonreir, como si se estuviera riendo de mi nerviosismo- ¿y estás sola a esta hora y por acá?

- Sí, es que estuve en una "reu" en la tarde hasta ahorita y la casa era por acá cerca pero ya tenía que regresar a mi casa, porque más tarde me da más miedo

- Sí, me imagino, y ¿cómo te estás yendo a tu casa, alguien te va a recoger o cómo?

- Ya quisiera -y me reí porque me gusta esa frase, se aplica a todo contexto- me voy en micro, por eso tengo que volar, si no después no encuentro carros que pasen por Guardia Civil

- ¿Guardia Civil? ¿San Borja?

- Síp!

- Mira, yo me estoy yendo ahorita en taxi hasta La Molina, si quieres vamos en el mismo carro, para que no te vaya a pasar nada, es un poco peligroso a esta hora y más aun si estás sola

...

...

No era un sueño, era real, después de eso podía venirse un huracán encima, qué importaba.


Me hice la dubitativa para que no pensara que confiaba plenamente en él, pero al final acepté. Mientras cruzábamos la pista uno al lado del otro, yo pensaba "esto no puede estar sucediendo, parece uno de mis tantos episodios imaginarios, solo que..real". No recuerdo con exactitud lo que me preguntaba en ese corto lapso caminando, pero eran cosas simples creo, cosas como por qué parte de Guardia Civil vivía y qué tal la había pasado en mi "reu"..y ya le había explicado que se trataba de una reunión de reencuentro y blablablá, eso llevó a que le contara, ya dentro del taxi, sobre el viaje que hice y lo bien que la había pasado en las últimas vacaciones. Él, quien por cierto se había sentado en el asiento posterior conmigo, sinceramente parecía prestar mucha atención a lo que le contaba, le gustaban los detalles, sin querer saber demasiado tampoco, ya que no habíamos hablado así nunca antes. En un momento se me ocurrió preguntarle qué era lo que ÉL hacía en ESE supermercado para luego irse hasta La Molina, y me respondió diciendo que había tenido una especie de conferencia en la universidad hasta esa hora y que ahora tenía que ir a la casa de un señor con el que trabajaba para programar otras reuniones de trabajo. Trabajaba en una empresa de revistas..no entendí bien de qué trataba eso pero asentí a todo lo que dijo para que no pensara que era una inculta. De conversación en conversación, empezamos a hablar de parejas (no pensé que llagaríamos a tocar ese tema, hablábamos como si tuviéramos la misma edad); él se manifestó diciendo que me faltaba un enamorado para este tipo de cosas, de traerme, recogerme, etcétera y se rió..yo no le había dicho para nada si tenía o no enamorado, así que empecé a pensar que lo había dicho para tantear, pero luego pensé "no seas ridícula".

-Ja ja, puede ser, aunque a veces me gusta andar sola -dije- y a ti te falta una que te acompañe a hacer tus cosas.

Aunque él había sido quien empezó a hablar de esa manera, pensé que realmente me había propasado con la confianza cuando dije eso último, por eso ya iba a disculparme pero él me interrumpió sonriendo:

- Ja..hace varios años que no tengo pareja, creo que ando muy ocupado con esto del trabajo, aunque no me caería nada mal en algunos momentos

-¿"En algunos momentos"? -pregunté sonriendo, pensando que estaba frente a un chico más del montón, una vez más- habrá que conseguirte una que no quiera tanto compromiso, entonces -o una a la que también le caigas bien "por momentos", pensé-.

Rió y dijo algo así como:

- Nooo..no quise decir eso, digo que a veces pienso que sí me gustaría compartir mi vida con alguien a mi lado, pero hay veces en que siento que no podría dedicarle el tiempo suficiente..tal vez es por miedo, también, que no me concentro tanto en eso, no quiero perjudicar a nadie con mis cosas. Ah, tampoco soy de los que se consiguen una pareja momentéanea, por si llegaste a pensar en eso.

- Noo, lo dije por molestar -mentí-, pero bueno...si estuvieras con alguien supongo que te equilibrarías, todo es cuestión de equilibrar las cosas, bueno y también depende de la otra parte pero...-no me dejó terminar, para mi buena suerte, porque ni yo sabía cómo finalizaría mi oración-:

- ¿Te puedo preguntar tu edad?

- Diecinueve

- Cuando hablas pareces mayor

- "Cuando hablo" -dije riéndome- porque cuando no, parezco una colegiala

- Jajaja algo así


En ese instante él sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón, por lo que requería acomodarse de nuevo, y lo hizo sin querer acercándose más a mí. Pude vernos en el espejo retrovisor del taxi y definitivamente parecíamos todo menos profesor y alumna.


- Sí, siempre me lo dicen

- ¿También [te dicen] que cuando hablas pareces muy madura para tu edad?

- Mmm...sí, a veces -dije eso tan "rochosamente"- ¿tú qué edad tienes?

- Treinta -respondió como si la vida le pesara. Yo ya sabía su edad, solo lo pregunté para estar parejos.


No sé cuánto tiempo había transcurrido, habíamos hablado de muchas muchas cosas y aunque suene trillado.."parecía que nos conciéramos desde hace mucho tiempo". Al hablarle lo miraba fijamente a los ojos cada vez que podía para ver cómo reaccionaba y, cabe recalcar, que lo tenía realmente cerca de mí, mi cara se encontraba solo a unos centímetros de la suya solo que un poco más abajo.
- ¿Quéééé? pareces menor, sobre todo cuando dictas tu clase, parece que te pusieras nervioso y pareces..no sé..como un niño..todo rochoso a veces..


Fue en ese "a veces" que volteé a mirarlo de nuevo y el me quedó mirando a los ojos tan penetrantemente que mi cerebro no aguantaba y me quedé callada de golpe, como si me hubieran callado, como si él me hubiera callado de pronto. Puedo haber parafraseado muchas cosas que no me acuerdo con precisión pero lo que sí recuerdo es, obviamente, ESE momento, y si he tratado de recordar lo más y mejor posible todo el diálogo es más que nada para saber cómo llegué a ESE momento del A VECES.


En mi mente pasaron como mil escenas de todo las situaciones que me había imaginado estando con él, y tal vez por esa razón no sentía que lo que me pasaba realmente en ese momento era algo distinto; es decir, ya me lo habia imaginado tantas veces que no fui capaz de percibir la diferencia entre la realidad y la fantasía. Era muy confuso. Hasta que sentí su barba rozar mi barbilla.

...

Ya para ese instante no recuerdo si yo estaba con los ojos cerrados o no...o si él sí o no..no puedo recordar eso, solo sé que el de pronto sentir sus labios junto a los míos fue una de las sensaciones más extrañas e increíbles que pude haber experimentado. Gracias a eso fue que desperté y me di cuenta de que no estaba imaginando como siempre, esto había superado totalmente cualquier expectativa de chica soñadora e ilusa.


Ese primer beso duró...mucho. Yo simplemente no quería despegarme porque tal vez al hacerlo podría aparecer de un momento a otro en mi cama mirando el techo viendo como todo se esfumaba en mi mente, soñando. Por mi cabeza pasaban muchas cosas, pensaba en qué podría decirle después de eso, cómo debería sentirme, cómo él se sentiría, si el dijo que no era de esos chicos que buscaban relaciones momentáneas, ¡¿QUÉ PASABA ACÁ?!


Una interrupción del taxista por fin acaparó la atención de los dos y tuvimos que separarnos.



- ¿Qué fue...eso? -dije.

- Perdóname, perdóname de verdad -lucía muy confundido y ahora más inquieto que nunca

- ¿Perdonarte qué? si yo no me esforcé en detener nada tampoco -estaba nerviosa, no quería escucharlo decir que eso nunca debió pasar o algo así.

- Pero...no debí propasarme desde el inicio..yo..yo empecé..no quise que terminara así.

- ¿De verdad no querías que terminara así? Bueno, no te preocupes, ya fue, tranquilidad- trataba de calmarme y aparentar que el suceso no había sido nada grave, para que él tampoco se traume ni tenga remordimientos.

- Es que...sí..de algún modo sí quería hacer eso pero..no sé si esté bien..o sea, es como si me hubiera salido de mi papel..

- Yaaa, tranquilidaaad, eres un profesor que tuvo un lapsus y se salió de su papel y ya, ya fue, todo está bien.

- ¡No! no todo está bien..tal vez te hice pensar cosas que no debí o no sé..

- Tal vez sí pero si ya me lo aclaraste, normal entonces pues, yo también como que me salí un poco de mi papel de alumna, ¿no crees?

- Sí -ya estaba tranquilizándose- pero yo te incité a eso creo

- ¿Crees que no tengo la voluntad para zafarme de ese tipo de situaciones si quiero? No he caído, también participé en eso porque me lo permití. Es culpa compartida, pero ya está hecho. ¡PUNTO FINAL! -lo decía riéndome, no me quedaba otra alternativa que burlarme de todo..hasta que recordé algo- espera ¿dijiste hace un rato que SÍ querías hacer eso?

- Me llamas la atención, eres rara, en un muy buen sentido, eres diferente aunque no te conozco nada, lo percibo, podrías ser interesante..aunque nunca hablas en mi clase, sí te he visto. ¿Tú dijiste que te lo permitiste?

- Mmm...sí..pero tu confesión es más directa creo yo...


Y listo. Se dio cuenta de que yo también estaba interesada. Se tomó cerca de tres minutos para pensar todo en silencio y yo miraba hacia la calle, ya estábamos por llegar a Guardia Civil y a mi casa y le pregunté acerca de cómo haríamos con el dinero, él dijo que no me preocupara, que él pagaría todo (después de todo lo que había pasado me pareció razonable). Todavía estaba con su mirada perdida, así que...no sé por qué lo hice pero le volteé la cara despacio con mi mano en son de amistad y le dije que ya todo estaba bien, a lo que él respondió sonriendo un rotundo "No", para luego tomar mi cara con su mano y volver a besarme..y yo me lo volví a permitir. Fue tan increíble como el primero, hasta mejor, él estaba tranquilo y yo también, parecía que ahora sabía lo que hacía y se sentía bien teniendo otro lapsus, al parecer. Cuando el taxista pidió una referencia para llegar a mi casa tuve que distanciarme de Adrien de nuevo, pero luego le besé la frente, la nariz y la boca y él no puso resistencia. Le pregunte de nuevo qué era todo eso y solo me dijo si lo podríamos conversar el lunes después de clase como quien hace una consulta a su profesor, y que si podía mientras tanto mantenerlo en secreto, sería mejor. No lo dudé, tampoco quería arriesgar su puesto por algo así. Llegamos, le di un beso en la mejilla y bajé del carro. Mientras subía a mi departamento pensaba que esta noche iba a ser larga si pensaba escribir en mi blog todo lo que acababa de pasar; y aunque algunas amigas sabían de mi atracción hacia Adrien, no era, por obvias razones, muy prudente contárselos (y mucho menos, decirles que tenía un blog) hasta que las cosas se aclaren.



De haber llegado hasta aquí, leer Un paréntesEs - Aclaración

Boca arriba

Sentir las sábanas frías sobre los pies desnudos y mi cabeza alborotada siempre al despertarme. Hay veces en las que empiezo a apreciar ciertos detalles de toda una vida solo cuando intento huir de ideas que me sentencian en breve (se precipitan siempre), de las que tienden a ocupar mucho espacio en mi turbulenta cabeza, cuyo buen reflejo son mis cabellos aturdidos que nunca encuentran salida y forcejean a todos y contratodos. Esas ideas que, finalmente, terminan por estremecer también mis manos, brazos y pies, mis pies descalzos entre las sábanas frescas y el olor a insomnio.

De penas

No traigo pena ya, más que la que se viene disolviendo en risas y añejas dudas que se van retrayendo de nuevo. Estaba dicho, que con nada de eso llegaría yo a buen puerto, y qué lástima porque de lo de siempre uno se aburre. Es una pena débil, no muy sincera, porque no es que lamente lo no ocurrido, sino la falta de materia real para seguir escribiendo ceñida al suelo. Es solo una pena que no debió haber surgido; es de esas que brotan lunes para morir miércoles. Entonces fue su muerte también, la muerte de una pena sin haber madurado o cambiado, fue casi el aborto de una pena. Y qué penosa resulta ahora mi falta de penas reales. Porque de lo de siempre uno se aburre.