De la emoción que surge en la mentira te envuelvo en pantallas cotidianas, con una ventana al frente y mi pared bicolor detrás.
No me permiten la ilusión, que es mi peor vicio, que me da protagonistas y nuevos argumentos para desvariar en silencio y en sonrisas.
Siempre sucumbo y no hay por qué hallar causas, suelo actuar sin ellas, hablar sin ellas.
Siempre me las invento, siempre lleno los espacios con argumentos.
Quiero creer que existen, que me orientan y que me exhortan a desviar esta verdad que, finalmente, tampoco lo es tanto.
No me pidan explicaciones si no quieren listar mis falsos vuelos.
No me permiten la ilusión, que es mi peor vicio, que me da protagonistas y nuevos argumentos para desvariar en silencio y en sonrisas.
Siempre sucumbo y no hay por qué hallar causas, suelo actuar sin ellas, hablar sin ellas.
Siempre me las invento, siempre lleno los espacios con argumentos.
Quiero creer que existen, que me orientan y que me exhortan a desviar esta verdad que, finalmente, tampoco lo es tanto.
No me pidan explicaciones si no quieren listar mis falsos vuelos.
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