30 de abril de 2010

Todo lo que me produce escalofríos suele ser bueno, suele gustarme.




Curiosamente ambos me recuerdan a algún momento de mi infancia, claro que sería mucho mejor saber a cuál. Creo que es algo así como un condicionamiento clásico en donde el elemento al que están asociados, el capítulo y la canción, ha sido borrado noséporqué.

29 de abril de 2010

Este humor no es del bueno

Al té helado embotellado le asaltan frecuentes dudas existenciales ante el gemido que proviene, para mi sorpresa, de una bolsa de habas reprimidas que luego son desperdigadas bajo la rebelión de mi mano. Esto no es sino, un síntoma de mi aturdimiento, de mi cabeza impregnada de insuficientes normas y necesidades, de una incontenible modorra cuya segunda opción es claudicar, y por último, de un afán por hacer algo (siempre algo más) antes de dedicarme a lo que es debido. Y ahí van de nuevo, mi indomable mano y mis dedos ansiosos y cubiertos de sal, a modelar frente al espejo, sin sutileza ni pudor; es pura vanidad la que los motiva a restregarme en la cara mis más profundas debilidades.

26 de abril de 2010

Como cuadros se mueven

No sabría cómo precisar la dimensión en la que me inserto cuando mis sentidos tienden a neutralizarse en el presente y cuando es mi esencia, mi componente más minimalista, el que es transportado a una de los tantos hitos en la línea trazada por mi cuerpo, mera materia terrenal pensante, en el espacio, en los espacios, en los años.
A veces creo ser un simple generador y re-creador de impulsos emocionales, de recuerdos permanentes, vivaces, de espacios que pasaron por mi gris recorrido a través de mí, porque al fin y al cabo los concibo, desde donde estoy, como ventanales, de esos que primero veo distantes y luego se aproximan a mi círculo vital, se mueven hacia mí de frente, con desenfreno, y yo en ese estado prescindo de medidas preventivas que me puedan auxiliar (como si lo quisiera). Es frente a ellos que me limito a levantar los pies para dejarlos pasar e irse con la corriente tensa que los olvida en el camino y cuyo presagio suele alborotar mentes impávidas como le da la gana. Luego de eso, los ventanales están destinados a regresar al baúl, de donde físicamente nunca salieron, si es que llegaron a existir.

14 de abril de 2010

Esta noche

"Hoy podré dormir temprano"
- dije sin recordar
y me reintegré al espacio-tiempo de un libro sin terminar
y auguré un nuevo final al final del nuevo inicio que se avecina
y mentí acerca de los rubores e imágenes perdidas
y me rescaté a mí misma de lo que prometía ser un poema rígido
y eché a andar un grito, una promesa, un viaje de ida luego de un retorno vacilante
hice y deshice, a modo de hilo, nudos letales, frases azarosas
recontruí historias y agregué elipsis al pasado
postergué lecturas de esas que sí he de leer
colgué alambres trenzados a caprichos
tendí la pereza sobre mi cama
sumé grumos blancos en lo bajo de mi techo
rompí hojas, se agrietaron ideas
gasté tinta y energía
ayer y hoy fue miércoles
y preferí no dormir
y sólo pensar que podía hacerlo.

13 de abril de 2010

De clases y tribulaciones

Grandes espacios difusos
Lo que escribo nunca reflejará ni superará la escena que desde que es pensada, habita en mi cabeza, cual fantasma impertinente
Aire y espacios entrecortados
Aquí me permito todo
Me doy el lujo de no reparar en contratos, pactos, ni promesas sobre renovación de votos
Si es que me dejo entender (!)
Trazo continuo indiferenciado, cortado
Dotado de sentido
Pensamientos, grandes y difusos, confusos, utópicos
Succión mental arbitraria
(sólo sé imaginar sin rumbo ni fin. qué está en juego. nada que no represente un alto riesgo)
Las ideas se han aferrado a la tierra

11 de abril de 2010

Solo de sol

sólo el sol
el sol solamente
solo en el cielo
y yo tan solo
a solas con el sol
sonrío simplemente

Jorge Eduardo Eielson

8 de abril de 2010

hi5

"Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular".

Fiodor Dostoievsky

6 de abril de 2010

agonía

La vida, constante titubeo
un grito en el cielo
un cielo en silencio
un silencio irresistible
emancipador de rumores

la duda que habita
que escondida desnaturaliza
trastoca esencias
solapa sabores

la incógnita perpetua
equis en cuestionables taburetes
las mil y un fracciones
sorprendentes congojos los que acarrea
oír al patrón renunciando
que el elixir ha fenecido
que hemos de gritar y nada más

la analogía indispuesta
solsticios invidentes
vísperas de fiesta

Le ofrece un cielo al grito, al más auténtico grito.

3 de abril de 2010

Sartre

"El hombre está condenado a ser libre"

Uno de uno

Zae recordaba con inocencia cómo había esperado durante más de dos años una respuesta por parte del nada agraciado Um, quien tres años atrás no hubiera imaginado estar parado ahora frente a una pileta, reminiscencia de todo lo que se le escapó de las manos, no por falta de control, sino por exceso. La figura teñida de rojo que lo sorprendía sin cansancio no era precisamente Zae aproximándose a él, ni la remota pared de fondo que parecía desvanecerse cual tiza al viento y que, en su momento, supo emplear para ocultar cartas tras el ladrillo trece-cuatro contando desde la izquierda. Días antes, Um no hubiera podido reconocer el brillo rojo sobre la nariz de Zae, era nuevo, un nuevo anuncio de lo que parecía asomarse, el tiempo predeterminado por ella, para él, algo que Um nunca hubiera podido conceder a otra persona, y frente a lo cual se mostraba reacio, ya que él mismo no podía alcanzar algo así por sí solo.
Nunca antes había sido capaz de percibir la seriedad en su mirada; si aquel pasatiempo, que con el paso de los meses había resultado entretenido, le parecía enigmático, la firmeza en la comisura de los labios de Zae (contrastante con su gracia al vestir) y la dilatación de sus pupilas lo aterrorizaron y provocaron en él la presurosa sudoración de manos, que ella ya conocía al derecho y al revés. Nunca creyó que el misterio fuera un factor tan determinante en el trajín y ajetreo que suponía el brote de -lo que podría llamarse- un "interés". Sin embargo, a pesar de ser consciente del miedo que lo asediaba, decidió continuar. Y es que todo en su vida había fluido sin algún color que lo detenga y le otorgue un espacio para sentir. "¿Sentir?" pensó Um, cuestionando su destino en manos de la escritora.
Sí. Esa era la primera vez que se dirigirían la palabra personalmente, y Um, que durante dos años de lecturas y escrituras había entablado un hábito de desfogue con un ser imaginario, cayó en la cuenta de que jamás había pretendido conocer o imaginar la voz de Zae. Una vez creyó haberla escuchado hablar luego de un evento en su universidad, solo para después percatarse de que la había confundido; por alguna extraña razón, el tono de voz de la desconocida ocupó un lugar en la tinta dentro de las cartas de Zae y en los oídos del desaliñado Um, quien se encontraba desconcertado frente a su poca capacidad de objeción para consigo mismo y sus sentidos.
Le resultó intolerable, francamente insoportable, el hecho de haber sobreestimado una voz errada, que en unos segundos sería destruida en su totalidad y reemplazada por una nueva. ¿Será mejor? ¿peor? Le rozó el estómago la sensación de exasperación al no saber absolutamente nada de la susodicha, la misma sensación que lo asaltó al recibir las cuatro primeras cartas (si es que merecen ser llamadas 'cartas'). No supo disfrazar su enfado sino hasta que vio a Zae a solo diez centímetros de él pronunciando serenamente: "este habría sido un gran día si no estuviera tan nublado, ¿verdad?". Um no sabía si lo que acababa de oír era una voz real o un efecto de sonido, solo recuerda que lo primero que se le vino a la mente fue 'crema de fresa', y tras el "¿verdad?" le agregó a su idea un delicado 'bizcocho'. Un tanto desorientado, Um intentó adecuar la voz a la apariencia de su emisora; si tenía alguna certeza sobre algo, esto era que no le gustaban los dulces.
Inmediatamente después del comentario acerca del clima, no vaciló en decir: "tus expectativas son altas, ¿sabes? Es curioso que después de todo este tiempo sí haya sido posible que construyeras una imagen de algo que negabas necesitar. Pero bueno, creo que tú solo deseabas escuchar el siguiente paso: el café estuvo servido desde las 10 de la mañana, en solitaria compañía del metal que remueve la espuma hasta desbordarlo".
Entonces Um sintió la tranquilidad alzarse desde sus pies hasta estallar en cada dedo. Supo que ella no era Zae. Y fue ahí que comprendió que el juego había terminado..y lo embargó la angustia.

Estoesunadeclaraciónextraoficial

Mi peor crisis existencial surgió como consecuencia de una idea popularizada por Putnam (y leída por mí en algún curso de filosofía): "El cerebro en la cubeta". Qué experiencia más tormentosa.

2 de abril de 2010

Déjà vu

El pasado pierde todo sentido si no va anclado a la nostalgia, y es esta la que me ha invadido hoy plenamente hasta remover mis fibras más sensibles. Me descubro sumergida en mi propia mirada perdida, inquieta, buscando sociego, una pizca de presente. Cada día que pasa soy más consciente de que al pasado se le pierde el rastro de a pocos, sin siquiera notarlo. Y es que este no existe, y me parece sumamente turbador reconocer aromas que te sugieran lo contrario.

1 de abril de 2010

demasiado ciegos

So what does this really mean
When it all comes down you're cycling trivialities
Cycling trivialities
Cycling trivialities..

José González - "Cycling trivialities"