6 de junio de 2011

Siempre lo mismo

Los impulsos que tengo que esconder, de esos que pueden ser determinantes y atrevidos, incrédulos ante el destino. Y que yo los tenga que guardar, mientras la vida pasa. Porque la vida pasa y yo tengo que mirar. Y si no intervengo, la vida pasa igual. Cuán igual quiero que sea mañana. Me quiero apoderar del riesgo que presiento es solución. La pena de que solo sea solución para mí, porque hay quienes emiten juicios a quien intenta correr más rápido que la vida, porque no es costumbre, porque la quietud solo crea casualidad, en la que yo no creo. Y por eso tengo que correr. Tu sosiego no me basta, no le hace justicia a mis ganas de ganar, de correr y de vivir.

5 de junio de 2011

mi encrucijada

De la emoción que surge en la mentira te envuelvo en pantallas cotidianas, con una ventana al frente y mi pared bicolor detrás.
No me permiten la ilusión, que es mi peor vicio, que me da protagonistas y nuevos argumentos para desvariar en silencio y en sonrisas.
Siempre sucumbo y no hay por qué hallar causas, suelo actuar sin ellas, hablar sin ellas.
Siempre me las invento, siempre lleno los espacios con argumentos.
Quiero creer que existen, que me orientan y que me exhortan a desviar esta verdad que, finalmente, tampoco lo es tanto.
No me pidan explicaciones si no quieren listar mis falsos vuelos.