27 de julio de 2010

Cosas


1. Sabía que llegaría este momento: mientras más libros/cuentos/artículos leo, menos me gustan algunos posts que he escrito. Si no los he borrado es porque quiero ver si es posible un día reconocer algún tipo de evolución en todo esto.

2. Yo solía decir que para cuando venga Pedro Guerra al Perú ya tendría suficiente plata ahorrada como para ir a verlo en primera fila, pensando que su presencia aquí era una idea más que remota. Bueno pues, parece que no conté con su astucia y viene el próximo mes. No tengo ni un centavo ahorrado, pero robaré si es que es necesario.




He aquí una pizca de actualización (31/07/10):

Soycondenadamentefeliz.

Sabotaje

Fue entonces que decidió caminar a pasos largos y se sentía tonto al pensar que podía haber gente que conociera plenamente su intención. No había problema, no los volvería a ver nunca más, eso pensó; eso pensaba siempre, en realidad. En algunas ocasiones era ese el único sutil impulso que lo animaba a arriesgar pequeños detalles, de esos que dicen que pueden cambiar la vida. Claro que a lo largo de sus jóvenes días, sobre todo mientras recorría calles estivales, también le provocó una que otra palabra de más, nunca de menos, aunque luego lo hubiera deseado.

Cuando tuvo frente a él a su meta, saboreó sin alarmarse el cándido aroma proveniente de dulces frambuesas en medio de delgados y largos cordones color pardo, y casi sintió palparlas cuando descubrió su mano acercándose a su hombro. Ya era muy tarde para echarse atrás, todos tus pseudo espectadores aguardaban a confirmar sus sospechas, y pese a que no los volverías a ver jamás, no estaba demás de vez en cuando suscitar murmullos a tu favor. Para cuando faltaron solo microsegundos antes de posar su mano en el hombro de ella, que como cascada lucía determinada y dócil, ella ya había girado y ya había provocado el chispazo del primer contacto. Algunas veces los microsegundos son tan importantes para poder reflexionar acerca de lo que haces antes de emprender aventuras...porque después de tu fresco saludo y tu casi coaccionada sonrisa, que aún no logras dominar por completo, ella ya te estaba respondiendo:

- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? ¿Tienes idea acaso de a cuántos caminos conduce un "hola"?

Sí, bueno, creo que él no estaba tan acostumbrado a este tipo de respuestas. Parece ser que el tiempo ha jugado en contra de sus expectativas, parece ser que no había en su repertorio un guión después de ese nuevo que hizo su aparición con una línea introductoria, acaso una línea filtro. Parece ser que su facilidad de conversación quedó paralizada porque ahora se le exigía pensar un poco ("tienes idea acaso de a cuántos..."). No, no estrictamente pero, al ser una pregunta nueva, él se lo tomo a pecho; y en su mente colmada de buenas intenciones, en donde ambos ya estaban tejiendo la tercera manta para sus nietos, fue enumerando todas las sendas por las que había transcurrido a partir de un "hola" semejante al que acaba de invocar y del cual se distanciaba con una rapidez de 200 km/oración mental. Vio pasar por su mente eventos pasados que se aproximaban a él por su lado izquierdo y derecho de manera vertiginosa. Cuando volvió a entrar en razón, agitado alzó la mirada y se encontró con el letrero de salida de la feria...y salió.

Hay microsegundos y microsegundos. Qué bueno que quedó todo ahí, que la chica desapareció, porque creo que el personaje de esta historia era un poco raro, en verdad.

23 de julio de 2010

Cuando me asalta la duda...

...chequeo de vez en cuando los nada acertados horóscopos. Pero tras leer el de hoy, pude decir "está bien, AngélicaFigueroa, después de muchos años parece haberte ligado algo conmigo".

Piscis (21 de febrero – 20 de marzo)
Día de claridad mental, es como si hubieras despertado de un largo letargo, quizás te has levantado con las ideas más claras, si ya sabes lo que quieres. Tu número: el 19.

(De El Comercio)


¿Esto significa que voy por buen camino?

22 de julio de 2010

¡bienvenida de nuevo!

...porque he abrazado nuevamente al inmune azar, que sin rencor ha regresado a mi nebulosa distendiendo todo tipo de peso que sobre mí misma impuse..y porque, luego de muchos meses, me parece ver renacer a la cordura cada vez que me sorprendo mirando el techo. Porque solo cuando me entregué al sino aquella noche fue que pude, repentinamente, dormir. Y desde el despertar del día siguiente no siento más que mi propio flote y las piruetas y los bailes y las sonrisas en una casa de espejos.

Yo no creo en el destino, pero por mi bienestar mental debo eventualmente dejarme acariciar por las casualidades y librarme de la carga que es tener que conducir una vida siempre hacia donde yo quiero. Quién sabe, tal vez el azar sea más prudente que yo (y piense menos también).



15 de julio de 2010

knock knock, quién es, la muerte.

La distancia entre ella y yo medía lo que una cama de dos plazas. Ella yacía en el suelo, dándole la espalda a la ventana y se aferraba fuertemente a los edredones como si fueran anclas, las arañaba con sus pinzas carmín y, por momentos, recostaba la cabeza en su brazo tan solo para levantarla de nuevo con un gesto aún más aterrador y dejando huellas de sus dientes en los restantes colores vivos que encontraba en su muñeca. El dolor parecía interminable, y sin embargo yo me encontraba a unos metros de ella, en la misma habitación, de pie al lado de un hombre que en ese momento pensaba conocer bien. Yo la miraba con detenimiento, impávida y no me preguntaba a mí misma qué hacía, porque se supone que aquello estaba más que claro. Más que evidente el intento de suicidio de una desconocida que gemía de dolor al ver que su ansioso resultado tardaba en llegar, y yo...dejándola morir. El hombre de mi lado vestía terno y me parece haber reconocido en él a algún familiar, igual de impasible que yo, como si nuestra presencia en ese instante se debiera a una obligación legal, como si fuera necesario ser testigo de algo que debiera fluir naturalmente para luego nosotros poder narrarlo. La mujer se retorcía de dolor pero en ningún momento reparó en gritar o pedirnos ayuda, ni siquiera en mirarnos, era como si el dolor la estuviera cegando progresivamente. Llevábamos ahí casi veinte minutos y de mi rostro empezaron a brotar lágrimas, sentí un temblor en las piernas y un mareo pavoroso que me sacudió y no dudó en tirarme abajo. El intento de volver a pararme fue en vano, me había torcido el tobillo y además el mareo se había incrementado. Una sensación de impotencia me retenía casi inmóvil, y pensé que todo había sido producto de la impresión, de la fuerte escena de la que habíamos sido "testigos". De pronto, un dolor en el abdomen hizo que me contraiga y cuando he girado la cabeza para pedir ayuda al hombre de terno me di cuenta que detrás de mí no había sino una ventana. No entendía qué ocurría en la habitación, por qué el aire comenzaba a hacerse denso, tan denso que parecía irrespirable...intenté formar un hoyo con mis brazos para poder aspirar lo poco que parecía quedar de oxígeno en el cuarto, pero difícilmente pude mover los brazos. Cuando viré hacia abajo entendí todo. Mi brazo derecho lucía como un alambre incrustado en mi barriga y al desprenderlo lo vi tornarse de distintos colores, blanco, morado, pero nada más terrible que el rojo de la sangre que caía de él. El carmín de mis uñas lucía totalmente vivo en comparación con ese color que poco a poco notaba más opaco, mientras el dolor crecía y todo alrededor iba convirtiéndose en una visión extraña e iba perdiendo sentido. Con suerte pude hacer reposar mi brazo sobre la cama, recosté mi cabeza sobre él y en el instante en que vi mi ropa bañada de sangre comprendí que la pistola que yacía a unos centímetros de mí había sido mi cómplice. La respiración era completamente entrecortada, podía pasar un minuto sin siquiera poder inhalar y sin mantener la mirada fija en un punto, mientras que el dolor desaparecía en esos precisos instantes, y en lo más profundo de mi subconsciente iba calando la idea de que pronto todo surtiría el efecto que esperé. La poca fuerza que me quedaba antes de rendirme la empleé para levantar la cabeza y darme cuenta de que a unos pasos de mí, cerca a la puerta de entrada estaba yo, con una ropa gris y de pie al lado de mi hermano, contemplando mi propia muerte, mi propio suicidio. Yo, evidentemente, no podía emitir palabra alguna, y tampoco lo habría hecho, el insondable dolor solo me permitía distinguir algunas sombras y ojos, mis oídos ya habían claudicado y adormecidos solo repetían el eco de lo que yo creía que eran mis gritos; el aire helado me envolvía como si fuera la misma sábana blanca de la cama, hasta que mis pupilas terminaron por petrificarse y por fin pude mirar a un solo punto fijo, en el techo.

la memoria. lado A

Siempre suelo subestimar la memoria de las demás personas, no sé por qué; solo pienso: "bah, seguro que no se acuerda de eso", debe ser una forma de tranquilizarme a mí misma acerca de cosas que tal vez hice y prefiero que no sean recordadas, o simplemente una manera de jugar a quién recuerda más. Jugar con hipótesis en torno a la fragilidad de la memoria de los demás y sentir que yo sí recuerdo hasta el más mínimo detalle...sí, no es el juego más divertido pero es gracioso cuando converso con alguien y mientras esa persona despliega todos sus posibles dotes verborreicos, voy pensando en cómo fue que nos conocimos, todas las impresiones que me llevé en su momento (esto es, imagen mental aunada a una etiqueta con descripción. Bueno, no exactamente) y voy soltando de a pocos un monólogo mental que creo que sonaría interesante si es que la escena fuera llevada a un corto. Por lo general, después de conocer lo suficiente al otro, suelo lanzar en medio de algún diálogo un "recuerdo que", aunque no inicie así de literal, para después obtener como respuesta un: "oye, ¿cómo te acuerdas de eso?" y yo vuelvo a sentir que tengo el poder (aquí va el "muajaja"), mientras sigo pensando: "y no sabes todo lo que también recuerdo". Ahora, tal vez no sea la única que hace esto, es posible que todas las personas del mundo lo hagan y yo no sea más que una ilusa a quien le gusta escribir en su blog sobre asuntos que cree difícil contar en persona. Y que esto no solo lo haga todo el mundo, sino que todo el mundo me engaña haciéndome sentir falsamente poderosa, porque puede que mientras me dicen el "oye, ¿cómo te acuerdas de eso?" piensen: "claro que lo recuerdo, como también recuerdo esto, esto y esto; pero no lo cuento porque no lo creía tan importante / porque no quería hacerte sentir importante / porque no quiero que piensen que presto demasiada atención a cosas así/ porque no quiero sonar como tú".
Bueno, a mí me gusta prestar atención.
Y sí, tiendo a imaginar qué piensan las demás personas constantemente.

6 de julio de 2010

pensamientosenelmicro

me encanta esta canción

esa rampa da miedo

ese cartel es demasiado antiguo

me ha aumentado la medida

quiero chocolate

no releí el trabajo

deje de ensuciar mi casaca, siéntese como una persona normal

odio cuando los locutores cantan la canción que suena, y que hablen

sol por fin

qué fregado eso de que no haya destino

blog

cargar uno mismo con lo hecho o no hecho
ahorita mi presente sería distinto si no hubiera hecho algunas cosas...o quizás no...

¿debí quedarme en la universidad?

organizar agenda

quiero viajar

bonito carro

hay tanta información en internet

que será de su vida

canción del 2003, fácil acordarse del año

no no no no no

lo del hueco en la memoria

conocer

necesitaré un psicólogo más adelante

imaginación nociva

necesito plata para todo

quiero mi cama

viajar en carro de noche

necesito saber el futuro

hartazgo, la he escuchado muchas veces

bailar

ya estoy pensando de manera muy cuadriculada y en función de lo que plasmaré en el blog

basta

terminar el libro

que será de esta vida

caminar caminar

nunca me lo encuentro en esa esquina

no quiero bajar del micro

baastaaa

es la última vez que pretendo transcribir mis pensamientos

la intención me hace pensar en oraciones mejor estructuradas de lo que son en verdad

piensa otra cosa, no pienses

imágenes, imágenes

la mente humana puede ser tan poderosa.