27 de julio de 2010

Sabotaje

Fue entonces que decidió caminar a pasos largos y se sentía tonto al pensar que podía haber gente que conociera plenamente su intención. No había problema, no los volvería a ver nunca más, eso pensó; eso pensaba siempre, en realidad. En algunas ocasiones era ese el único sutil impulso que lo animaba a arriesgar pequeños detalles, de esos que dicen que pueden cambiar la vida. Claro que a lo largo de sus jóvenes días, sobre todo mientras recorría calles estivales, también le provocó una que otra palabra de más, nunca de menos, aunque luego lo hubiera deseado.

Cuando tuvo frente a él a su meta, saboreó sin alarmarse el cándido aroma proveniente de dulces frambuesas en medio de delgados y largos cordones color pardo, y casi sintió palparlas cuando descubrió su mano acercándose a su hombro. Ya era muy tarde para echarse atrás, todos tus pseudo espectadores aguardaban a confirmar sus sospechas, y pese a que no los volverías a ver jamás, no estaba demás de vez en cuando suscitar murmullos a tu favor. Para cuando faltaron solo microsegundos antes de posar su mano en el hombro de ella, que como cascada lucía determinada y dócil, ella ya había girado y ya había provocado el chispazo del primer contacto. Algunas veces los microsegundos son tan importantes para poder reflexionar acerca de lo que haces antes de emprender aventuras...porque después de tu fresco saludo y tu casi coaccionada sonrisa, que aún no logras dominar por completo, ella ya te estaba respondiendo:

- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? ¿Tienes idea acaso de a cuántos caminos conduce un "hola"?

Sí, bueno, creo que él no estaba tan acostumbrado a este tipo de respuestas. Parece ser que el tiempo ha jugado en contra de sus expectativas, parece ser que no había en su repertorio un guión después de ese nuevo que hizo su aparición con una línea introductoria, acaso una línea filtro. Parece ser que su facilidad de conversación quedó paralizada porque ahora se le exigía pensar un poco ("tienes idea acaso de a cuántos..."). No, no estrictamente pero, al ser una pregunta nueva, él se lo tomo a pecho; y en su mente colmada de buenas intenciones, en donde ambos ya estaban tejiendo la tercera manta para sus nietos, fue enumerando todas las sendas por las que había transcurrido a partir de un "hola" semejante al que acaba de invocar y del cual se distanciaba con una rapidez de 200 km/oración mental. Vio pasar por su mente eventos pasados que se aproximaban a él por su lado izquierdo y derecho de manera vertiginosa. Cuando volvió a entrar en razón, agitado alzó la mirada y se encontró con el letrero de salida de la feria...y salió.

Hay microsegundos y microsegundos. Qué bueno que quedó todo ahí, que la chica desapareció, porque creo que el personaje de esta historia era un poco raro, en verdad.

No hay comentarios: