No espero cuidados. No albergo esperanzas, ni tiempo, ni ganas. Guardo solo noches escribiendo a no sé quién, a quiénes, a no sé qué. Tal vez sea al mañana. Sí...si es que existe. Tan insípido y hostil, que me hace contar paradojas y no ovejas, y me mece en uno, dos y hasta tres absurdos cuentos por día, y por la noche, ya ni qué decir, ya ni llevo la cuenta. Y con esto quiero anticipar que vengo con osos, dragones, nubes escalonadas y muchos desvaríos no dichos, de los cuales, francamente, no me quiero redimir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario