31 de octubre de 2010

La memoria. lado B (noctívago)

Solía pasarle, ya han sido más de tres oportunidades, en que se encontró paralizado sin saber cómo debía continuar actuando. Le perturbó nuevamente la sensación de tener un vacío en la memoria y le hizo vacilar acerca de si su conducta a continuación tendría o no sentido. No recordaba con claridad cómo era antes y no tenía claro cómo actuar ahora frente a quienes ya lo habían visto y conocido en ese entonces. El sentimiento de frustración al darse cuenta de que dependía de una imagen propia que ahora le era ajena lo desconcertó por días, sin entender cómo podría haberse olvidado de quién había sido. Pero luego surgió una duda, de esas que parecen encontrar siempre el lado positivo a lo que no tiene solución: ¿no es bueno acaso obrar y comportarse de acuerdo a las circunstancias de manera espontánea? ¿por qué se ofuscaba tanto buscando la continuidad de quien era? (pues claro, para no asustar a las personas si es que de manera abrupta su personalidad daba un giro desconocido, hasta por él mismo). Pero, de todas formas alguna de todas sus voces internas, le decía que hubiera el cambio que hubiera, sería difícil cambiar la esencia. La pregunta que se hizo entonces fue ¿de qué me sirve conservar mi esencia si no es lo primero que ven de mí? Sí, le costó mucho entender el crecimiento, porque, a diferencia de muchas otras personas, él era plenamente consciente del proceso, aunque no quisiera.

No hay comentarios: