30 de octubre de 2010

Riy

Camino y no hay prisa a pesar de la hora,
no hay luna alguna pero los faroles alumbran sobre sus propias siluetas grises en las veredas
hacía mucho tiempo que no caminaba por placer, sin prisa, sin luna.
Mis oídos, prestos, liberan los ecos maniatados durante todo el día.
El rebote cesa y la calle entra y no hay más, no hay más, no hay más que el zumbido y la brisa fría que ya no incomoda
que el invierno, que no debería haber, aún cala en mí y nunca me gusta pero ahora ahora forma parte del momento que no me daba y entonces me impregno de él.
Llevo dos bolsos y la brisa sobre la cara y camino lento
para que el trayecto sea largo, porque dejé la impaciencia en el carro anterior
la desesperación en algún cuaderno
y solo ahora me veo despojada de cargas inútiles, que al fin y al cabo desequilibran más que cualquier alforja.
Me veo desproporcionada en la vereda y me gusta
recuerdo que es tarde y camino lento
y por fin encuentro dudas e incertidumbres y las líneas en el suelo me preguntan sobre el límite entre la intuición y la imaginación...y yo que pensaba haberlo dejado todo en mi bajada del primer carro.
Son cosas que siempre se asoman y dejo para después debido al peso.
Dónde está la incertidumbre, dónde empiezo a cambiar lo que sería el destino
y si el momento se fue..
y el momento se fue, siempre tarde lo percibo
Camino y giro siempre hacia atrás para darme cuenta de que estoy casi sola en la calle y me siento minúscula
hasta que otros pies se adelantan y van de prisa
acelero el paso solo para no dejar de pisar las sombras ajenas, pero estas se multiplican y luego se esfuman
y sigo cavilando, enredada entre tanta noche y tanta lucidez.
De esta calma me llena el silencio, y me cuestiona también por qué lo guardo cuando quiero romperlo, por qué me censuro a susurros, por qué la barrera y la duda, por qué, por qué, por qué.
Solo lanzo interrogantes a todos los taxis luego de alertarme con la bocina. Un 'por qué' a todos y, al igual que todos, se diluyen en la duda sin saber que vendrá por ellos después.
Y camino, y cruzo una calle y en el parque, casi al final del recorrido, veo al mismo tipo de personas de siempre, con el mismo semblante, las mismas botellas, los mismos autos, las mismas noches, pero esta sin luna, y yo caminando con mis dudas a cuestas.

3 comentarios:

Vkf dijo...

Las dudas parecen ser constantes compañeras de viaje de todo ser sobre la tierra...
Los escritos siempre logran transportarme y este lo logro rapidamente. :)

Lяn dijo...

Qué bueno! gracias por leer :), estoy leyendo tu blog también!

Vkf dijo...

:)...Las historias que capturan siempre son de agrado para la lectura... me alegra que llegaras de visita por mi blog tambien...gracias :D.