4 de diciembre de 2010

Flecha

Mi ilimitado flujo de palabras no dichas

Mis lamentos

Mis poco decoradas formas de hablar

Mis ideas inconexas

Mi constante pérdida de perspectiva

Mis saludos inciertos

Mis ganas de gritar

Mis miradas al piso

Mi velocidad al caminar

Mis abstracciones

Mis temblores de pierna

Mis aplausos

Mi dificultad para hablar en público

Mis reacciones siempre contrarias a lo que quiero en realidad

Para cuando me doy cuenta, siento que ya nada de ahí me pertenece, todo brota y se va, no se acaba, solo se va. Solían irse sin dirección alguna…hasta hoy, hasta hace unos días, en donde las imprecisiones han puesto en tela de juicio mis mensajes, y ahora soy conciente de nuevo de todo lo que dejaba ir, y por controlarlo todo sin querer, termino transmitiendo lo mismo. Porque siempre hay nombres propios en medio de toda esta maraña. Y porque cuando ni yo entiendo lo que escribo, se avecina una señal.

No hay comentarios: