1 de enero de 2010

Y se fue

No sé exactamente por qué, pero todas los celebraciones de Año Nuevo me generan sentimientos encontrados, y tal vez no sea la única. Este año, en particular, que acaba de terminar me pareció uno de los mejores y a la vez el que más rápido ha transcurrido. De verdad que lo he vivido y sé que no ha pasado en vano; he aprendido infinidad de cosas, he encontrado nuevos hobbies, he considerado nuevos planes a futuro y otros que no lo son tanto pero sí se han tornado más concretos. Y es hoy, una vez más en mi vida, uno de esos días en que no soporto la incertidumbre del futuro.
Acudí a una entretenida reunión para recibir el 2010, y al salir luego a un parque cercano fue que se condensaron en mí todo tipo de sensaciones, a veces incoherentes entre sí. Se encontraban por un lado, las que me producían felicidad y satisfacción de haber culminado un año más en mi vida, vivida de la manera en que quiero, y otras que me remitían al futuro, tan simple como esto: todo se puede acabar mañana.
Y muchos dirán: "..¡pero disfruta el presente!" Sin embargo, he aquí otra de las paradojas de mi existir: creo que en el fondo me encanta la incertidumbre, aunque esta acentúe mi nostalgia.


Despido el año con la canción que, para mí, lo distinguió:


Por cierto, quiero ir a su concierto.



Siendo las 5:22 de la mañana..Buenos días, 2010.

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